Embarazo

11.04.2022

El embarazo es un momento crítico en el que nos asaltan numerosas dudas, miedos y falsas creencias relacionadas con la alimentación.

Primero hay que aclarar, que la alimentación no sólo es importante durante el embarazo. El estado nutricional de la mujer en la preconcepción influye considerablemente en el desarrollo del embarazo, los resultados del parto, y la salud tanto de la madre como del bebé. 

¿Qué debemos suplementar?

Hay algunos nutrientes especialmente importantes en esta etapa:

  • Ácido fólico (verduras de hoja verde, legumbres y frutas): un correcto aporte de este nutriente, previene los defectos del tubo neural, disminuye el riesgo de bajo peso al nacer y parto prematuro. La dosis de suplementación en mujeres sin factores de riesgo es de 400 mcg/ día, desde mínimo tres meses antes del embarazo.
  • Yodo (mariscos, huevos, leche y derivados): su déficit aumenta el riesgo de mortalidad neonatal, problemas de audición, daño neuromotor y disminución de la capacidad intelectual, entre otras cosas. Lo primero que podemos hacer es consumir sal yodada de forma habitual (2,5 g/ día), en sustitución de la sal normal, antes, durante y después del embarazo. Además, para asegurar el correcto aporte, podemos suplementar con 200 mcg/día, desde 1 mes antes del embarazo. Durante este tiempo hay que evitar el consumo de algas, puesto que puede llevar a un exceso de este nutriente, también perjudicial para la salud.
  • Hierro (legumbres, huevos y carnes rojas): un nivel insuficiente aumenta el riesgo de parto prematuro y mortalidad. Antes de suplementar habría que asegurar que existe un déficit, porque el exceso de hierro, también aumenta el riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.
  • Omega 3 (pescado azul, nueces y semillas): es importante asegurar unos niveles correctos de este ácido graso, porque su déficit puede provocar problemas en el sistema nervioso del bebé o aumentar el riesgo de parto prematuro. Es fundamental, sobre todo, en el tercer trimestre de embarazo, pero si no hay un adecuado consumo de pescado azul, debería suplementarse desde el inicio.

¿Hay que comer por dos durante el embarazo?

Ya se ha demostrado que esta afirmación es totalmente falsa. De hecho, está contraindicado el incremento excesivo de peso porque aumenta los riesgos.

Es fundamental basar la alimentación en alimentos de origen vegetal (legumbres, frutas, verduras, hortalizas y cereales integrales), carnes magras, pescado blanco y azul, y lácteos desnatados. Es decir, la misma alimentación que debe llevar una mujer no embarazada, pero ahora teniendo en cuenta que según se nutra ella, se nutrirá su bebé.

¿Qué alimentos no son seguros?

Hay una serie de alimentos que no se recomiendan consumir, puesto que existe riesgo de infección por diferentes bacterias, que puede perjudicar el correcto desarrollo del embarazo y comprometer la salud de la madre y el bebé:

  • Leche no pasteurizada y quesos elaborados a partir de ella, patés refrigerados: riesgo de infección por Listeria monocytogenes.
  • Huevos crudos y productos hechos a partir de ellos (mayonesa, salsa césar): riesgo de infección por Salmonella enteritidis.
  • Carne cruda o curada: riesgo de infección por Toxoplasma gondii.
  • Pescado crudo que no haya sido previamente congelado: riesgo de infección por Anisakis.
  • Pez espada (emperador), atún o tiburón: elevado contenido en mercurio.
  • Verduras crudas que no hayan sido correctamente lavadas: riesgo de infección por Listeria monocytogenes.

Además de todo esto, siempre hay que individualizar las pautas para cada mujer, y consultar todas las dudas que puedan surgir con el dietista-nutricionista o ginecólogo.


Laura Hernández. 

Nutricionista